Sé que es normal sentir nostalgia y pensar que antes se hacían mejor las cosas. Es verdad que ahora tenemos tecnología mucho mejor que ayer pero por alguna razón se ha llevado consigo el alma y corazón… las cosas que nos hacen ser mejores personas.
En esta serie de Blogs 2024 sobre caricaturas, es imprescindible hablar de aquellas historias animadas que surgieron en México y lograron dejar una huella en el mundo. ¿Te acuerdas de estas, Inge?
Tal vez, si eres más joven que el que escribe, esto te suene a prehistoria lejana. Pero hubo un tiempo dorado de la animación mexicana, donde surgieron joyas como Katy la Oruga y Cantinflas Show. Parece que lo olvidamos, pero tuvimos un México de sueños y valores, donde las caricaturas no solo entretenían; eran maestros silenciosos que, entre risas y personajes inolvidables, enseñaban respeto, curiosidad y amor por el conocimiento. Al recordar estas caricaturas, no solo evocamos nostalgia, sino que encontramos inspiración en una era donde la televisión infantil cultivaba a una generación con principios y creatividad.
En su momento, Katy la Oruga fue una apuesta arriesgada en la animación mexicana. Esta pequeña oruga, con sus ganas de transformarse en mariposa, se volvió un personaje querido cuya imagen encontrabas impresa en stickers, vasos y artículos escolares. Aunque podría pensarse que fue diseñada y pensada como un producto de marketing, la realidad es que Katy La Oruga tenía un mensaje poderoso. Su historia, aunque sencilla, era poderosa: una oruga tierna y decidida que deseaba convertirse en mariposa.
Este personaje representaba el deseo de crecer, de cambiar y aprender, y a través de sus aventuras, los niños aprendían sobre la perseverancia y la importancia de perseguir sus sueños. Katy era un reflejo de un México que creía en sus jóvenes, que los veía con la capacidad de aspirar a grandes cosas. Su historia nos recordaba que, con esfuerzo y corazón, todos podemos transformarnos y encontrar nuestro lugar en el mundo.
La pantalla de aquellos días no era solo entretenimiento vacío, era una ventana de aprendizaje. Los creadores de contenido tenían un compromiso profundo y veían su trabajo como un megáfono para hacer y decir lo correcto para ese entorno social. Asumían que si tenían algo fuerte que decir para que todos escucharan, debería ser algo positivo. Y entre ellos, Mario Moreno, con su entrañable personaje Cantinflas, entendió la responsabilidad de tener ese gran megáfono.
Basándose en su internacionalmente reconocido personaje de Cantinflas, Mario Moreno creó una caricatura llamada Cantinflas Show diseñada para entretener y educar a la vez. Cada episodio nos llevaba en un viaje por temas de historia, ciencia, cultura y valores, siempre de una forma divertida y accesible. En una época donde México parecía tener una misión clara para su televisión, Cantinflas Show se dedicó a formar personas curiosas, que respetaran su historia y soñaran con el futuro. En cada episodio, además de hacernos reír, la serie dejaba una enseñanza, y esa mezcla única de humor y aprendizaje resonó profundamente en el público.
El impacto de Cantinflas Show fue mucho más que un programa en la televisión: fue una inspiración que se quedaba en el corazón de aquellos niños que absorbían lecciones de vida sin darse cuenta, entre risas y asombro. En cada transmisión, había un México que apostaba por la calidad y los valores, construyendo una audiencia que valoraba el conocimiento y la creatividad.
Hoy, la nostalgia nos hace pensar en ese México, un México que creía en la fuerza de los valores y el aprendizaje. Es cierto que los tiempos han cambiado; hoy, los niños ven programas que no buscan educar, sino captar la atención rápida desechable, y en el proceso, se pierde un poco el alma y corazón. Sin embargo, no es demasiado tarde para recordar lo que hemos dejado atrás y pensar en cómo podríamos recuperarlo.
Imaginemos un México donde el contenido para niños vuelva a ser una herramienta de aprendizaje. Puede parecer difícil, pero, tal vez, si colectivamente recordamos estos ejemplos y los mostramos a nuevas generaciones, podríamos acercarles de vuelta a un México con principios, creatividad y sueños grandes.
Que estas viejas caricaturas mexicanas sean más que una joya nostálgica. Que sean un recordatorio de un México que apostaba por su gente, que creía en sus valores y en el poder de una buena historia para cambiar el mundo. Y, si logramos combinar lo mejor de aquel pasado con las oportunidades que hoy tenemos, ¿quién sabe? Tal vez podamos construir un México donde el aprendizaje y la esperanza se transmitan en cada pantalla.
#itatech2024
¿Por qué hablamos de caricaturas durante 2024?
Cada año en ITA Tech elegimos un tema que nos represente o guste como ingenieros.
Queremos encontrar a aquellos ingenieros que como nosotros disfruten de las historias que acompañaron nuestra infancia y que aun a algunos nos acompañan en la adultez mientras pagamos impuestos:
En años anteriores hemos hablado sobre:
2023 – Inge, Tómate un Café por México
2022 – Una perspectiva diferente de la Realidad
2021 – ¿Cuál es tu Súper Poder?
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