Inspiración mayo 2022: René Magritte - Ésto no es arte

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Esto no es arte, son solo pequeños puntos de luz que llegan desde tu dispositivo a tu retina y tu cerebro interpreta como formas y ante la falta de lógica busca dar coherencia creando una explicación basada en tu pasado. Esa explicación no es arte, es un espejo de tí.

René Magritte no pintaba arte, creaba espejos.

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La anterior, es la imagen de un artista que mira un huevo pero pinta un ave. Con René Magritte sus pinturas son huevos y el espectador es el artista que les da alas. “Clarividencia” llamó al cuadro.

La siguiente foto es de él mismo pintando el cuadro de él pintando un ave pero en éste caso sobre la mesa no hay huevo, es la nada a la que mira. Así de misterioso o cabe decir irónico era René Magritte.

“Uno no puede hablar acerca del misterio,

uno debe ser cautivado por él.”

“Esto no es una pipa”

El siguiente cuadro se llama “Esto no es una Pipa” y lo tiene escrito además con letras grandes para dejarlo claro. Todos sabemos que eso es una pipa, pero… ¿puedes fumar en ella?, si no puedes fumar en ella por lo tanto no es una pipa real más es solo el dibujo de una pipa, pero ¿cómo es que nuestro cerebro da la forma de pipa a algo que solo son manchas oscuras en papel?, además, cómo sabemos que una pipa es una pipa en realidad si solo son átomos unidos que en una tercera dimensión tienen una forma que llamamos pipa, pero si existen más dimensiones ¿una pipa seguiría siendo una pipa?. ¿Qué es una pipa?

Me llevé una sorpresa al ver que éste cuadro así de simple ha sido objeto de análisis, ensayos, libros y conceptos de arte tan elaborados que te explota cabeza 🤯 .

“El hijo del hombre”

Otro cuadro que ha causado infinidad de análisis es al que llama “El Hijo del Hombre”. Título que de inmediato remite a la biblia, a Adán el primero o a Cristo, donde además añade el ícono de la manzana. Manzana que por ningún lado aparece en la biblia pero que se ha venido representando así como el fruto prohibido.

Ese fruto daría sabiduría y en ésta pintura nos incomoda pues queremos ver el rostro de aquél llamado hijo del hombre, queremos suprimir esa manzana para mirar detrás y resolver el misterio, pero ¿Por qué el hijo del hombre llevaría corbata, traje y bombín? ¿Es acaso que Magritte se autoproclama el hijo del hombre? Todos somos hijos, no sería soberbia decirlo, pero esa manzana que flota o que cae parece que nos mira, ese mar en calma pero con nubes de tormenta nos desafía. Tal vez si comiéramos esa manzana tendríamos más respuestas, pero de no haber manzana el personaje de la pintura nos miraría frontalmente a nosotros, pero ¿acaso éste conocimiento nos dejaría satisfechos? ¿Veríamos lo que queremos ver? ¿Qué diría de nosotros lo que vimos? ¿Qué dice de nosotros lo que no vemos?

Cuando a René Magritte alguien le narraba una explicación a sus cuadros les decía: “Definitivamente eres más afortunado que yo”.

“Los amantes”

Otra de sus obras más enigmáticas y famosas. El misterio de lo que no sabemos y sabemos. Se dice que la madre de Magritte murió ahogada y cuando recuperaron su cuerpo de un río el vestido que llevaba le cubría la cara. No es muy claro si esto fue verdad o es parte del mito Magritte, pero lo que es seguro es que mirar ésta obra y analizarla da mucha tela para cortar.

“Gratitud Infinita”

¿Por qué gratitud? ¿Por qué infinita? El nombre de sus obras era tan importante que era parte del juego Magritte. Pudo llamarlo “Resplandor”, “Introspección”, “Charlando del futuro” y definitivamente nos haría imaginar contextos e ideas distintas. Aquí cabe destacar que el cielo y las nubes ocupan casi todo el cuadro, que el horizonte apenas se muestra pero no coincide con la iluminación del cielo pues se muestra oscuro, que hay dos hombres de traje en medio de la nada pero participando en el cuadrante derecho y también se muestran oscuros como si la luz viniera del fondo y atrás de ellos no hay iluminación suficiente. Que usan sacos abrigados en una escena casi calurosa.

Es lo que no coincide lo que hackea nuestro cerebro.

René Magritte no es un artista, es un hacker de nuestro cerebro 🧠, que se aprovechó del arte con alevosía y ventaja para llevarnos más allá de lo que miran nuestros ojos, para llevarnos al centro de nuestras ideas, emociones y pasiones, a vernos a nosotros mismos a través del absurdo.